Ramsés Vargas Lamadrid, rector de la Universidad Autónoma del Caribe.
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Uniautónoma

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Uniautónoma, distinguida en Cumbre para Gobernabilidad y Desarrollo de los Balcanes

El reconocimiento será entregado este viernes al rector, Ramsés Vargas Lamadrid.

La Universidad Autónoma del Caribe, a través de su rector Ramsés Vargas Lamadrid, será distinguida durante la Cumbre para la Gobernabilidad y Desarrollo de los Balcanes este viernes 24 de marzo durante una ceremonia que tendrá lugar en un castillo ubicado la ciudad de Ulcinj, República de Montenegro, sureste de Europa y a orillas del mar Adriático.

Durante el evento la Universidad Autónoma del Caribe recibirá una placa de reconocimiento por los trabajos que se han venido adelantando en materia de paz y posconflicto, que entrega la Cámara Americana de Comercio para los Balcanes, presidida por Otto Federico von Feigenblatt y Rojas, Conde de Kobryn y Barón de Feigenblatt-Miller, quien junto al comité organizador de la Cumbre y el Ministerio de los Derechos Humanos y Minorías de la República de Montenegro, le extendieron la invitación a Vargas Lamadrid.

En el acto de aceptación de la distinción el rector de la institución compartirá ante miembros del gobierno montenegrino y representantes diplomáticos una ponencia en la que compara el caso del posconflicto en los balcanes con el presente que vive Colombia.

Esta distinción llega en un momento en el que la Universidad Autónoma del Caribe se prepara para conmemorar sus 50 años de actividades y tres años y medio de haber iniciado un proceso de redireccionamiento institucional que tiene como una de las prioridades la internacionalización, dentro del cual la UAC School of Global Management se constituye en la punta de lanza para llegar a los mercados globales de la educación y las organizaciones.

Para Vargas Lamadrid, los paralelos entre las guerras que han vivido Montenegro y Colombia dejan grandes enseñanzas en relación con la resolución de los conflictos. “Aunque distantes geográficamente, Colombia y Montenegro tienen mucho en común. Ambos países han tenido que pasar por conflictos cruentos que solo destruyeron sus economías y retrasaron su desarrollo, en una más que en la otra. Ahora en la posguerra ambas naciones se dirigen a reconstruir sus sociedades y establecer una economía que facilite el despertar de sus ciudadanos y que les brinde oportunidades para dar su aporte a la grandeza de su tierra”.

El caso colombiano y el de Montenegro se erigen como episodios históricos en los cuales la atención a los refugiados, su educación e inclusión en los sistemas productivos, se convierte en una prioridad.

“Colombia en sus más de 50 años de conflicto armado ha contabilizado cerca de 7 millones de desplazados y más de 350.000 refugiados, según la UNHCR. Las cifras son muy diferentes a las de Montenegro, pero los retos son los mismos. Montenegro, aunque no fue el caso de mayor cantidad de desplazados o refugiados en los Balcanes, sí tiene una grande tarea para identificar los mismos, reubicarlos y repararlos según las normas europeas e internacionales de reparación de víctimas de guerra”, precisó el rector.

 

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